El sentido del gusto puede llevar a una mejor alimentación
El sentido del gusto es esencial, ya que es una forma instintiva de determinar si un alimento es aceptable o inaceptado, y combinado con el tacto y el olor, el gusto crea los sabores, que nos permiten saber si un alimento nos es familiar o totalmente nuevo, expresó Wendy Gastelum Espinoza.
La recién egresada de la Facultad de Ciencias de la Nutrición y Gastronomía de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), quien colabora en investigaciones con el docente Javier Magaña Gómez, señaló que, si es lo primero, podremos anticipar las consecuencias metabólicas de ingerirlos; y si es lo segundo, estaremos preparados para determinar si nos produce una sensación buena o mala, no solo directamente por el sabor, sino tambien por las consecuencias metabólicas de ingerirlo.
“El sentido del gusto nos puede llevar a una mejor alimentación, con base en cómo es nuestro mecanismo de percepción, requiere de moléculas que están involucradas para que el cerebro interprete los sabores, ya que es el que percibe la señal, no es como tal la lengua que lo interpreta, entonces una variación en el sentido del gusto podría llevar a cambios en nuestros cambios alimentarios y en el peor de los casos alguna enfermedad”, puntualizó.
La joven universitaria manifestó que la percepción del gusto resulta de un proceso complejo que va más allá de una sensación agradable, por lo que se necesita una molécula que aporte el sabor, un receptor, una maquinaria intracelular que transmite la señal y una red de neuronas que lo interpretan, destacando que el proceso comienza cuando unos receptores presentes en las células del gusto agrupadas en las papilas gustativas, son activados por sabores específicos.
“Se le atribuye características a cada sabor, el sabor dulce está relacionado con los carbohidratos y en el caso de prevenir alguna toxina para eso están los sabores agrios o amargos, los cuales podrían detectar sustancias tóxicas o dañinas para el organismo”, detalló.
Puntualizó que por lo anterior el sentido del gusto es especialmente importante para los humanos, cumpliendo dos funciones: la primera, influir en nuestro comportamiento alimenticio, tanto consciente como inconscientemente, para determinar qué comemos y qué no; la segunda, influir en nuestra fisiología y nuestro metabolismo ayudando a distinguir qué nutrientes ingerimos para preparar su digestión.