Generación Z vincula más su consumo con un enfoque en sustentabilidad; se inclinan más a lo social que a lo tecnológico, advierte investigador
El consumo responsable entre los jóvenes de la generación Z fue analizado en un proyecto científico que buscó comprender cómo la mercadotecnia puede adaptarse a las nuevas demandas sociales y ambientales, bajo el enfoque de la mercadotecnia sustentable, se planteó un modelo comparativo entre México y Chile para identificar cuáles factores influyen más en la intención de compra de este sector poblacional, manifestó investigador universitario.
El doctor Humberto Lara Félix, investigador de la Facultad de Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), dio a conocer que el estudio llevó por título “Mercadotecnia sustentable para una producción y consumo responsable en los jóvenes generación Z”, en el cual señaló que se aplicó una metodología cuantitativa a partir de una escala con tres dimensiones independientes, la económica, social y ambiental, y una dependiente, la intención de compra.
Explicó que los resultados arrojaron un hallazgo clave, la dimensión social tuvo el mayor impacto en la decisión de compra, tanto en los 408 jóvenes mexicanos como en los 382 chilenos encuestados, todos con edades entre 18 y 25 años. Destacó que este comportamiento está vinculado a la educación con enfoque en sustentabilidad que esta generación recibió desde niveles básicos, lo que la hace más consciente de los problemas sociales.
Señaló que esta preferencia no se inclinó hacia lo tecnológico, sino hacia lo social, debido a que los centennials valoran más aquellas empresas que buscan atender problemáticas comunitarias o de impacto humano. Añadió que, para las marcas interesadas en conectar con este mercado, será fundamental priorizar estrategias que respondan a necesidades sociales antes que a meras innovaciones tecnológicas.
Finalmente, el doctor Humberto Lara Félix dio a conocer que esta investigación pretende replicarse en un futuro cercano con la generación Alfa y, posteriormente, en otras generaciones, con el fin de identificar la evolución de las percepciones de consumo responsable.