Plantas exóticas en riberas de los ríos irrumpen cadena natural de especies nativas
Un estudio realizado en los últimos cinco años sobre la vegetación de los ríos Tamazula y Humaya de Culiacán, ha arrojado que en él se encuentran 66 especies, de las cuales el 45 por ciento son exóticas y no corresponden al bosque de galería de la ribera, rompiendo la interacción entre las especies nativas y los animales, advirtió José Saturnino Díaz.
El investigador de la Facultad de Biología de Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), detalló que estas especies al irrumpir la cadena natural o la interacción entre las plantas nativas, los animales y los microrganismos del suelo, la función no se cumple.
“Un ejemplo las leguminosas como los guamúchiles que son nativos, tienen la capacidad de fijar el nitrógeno, pero para fijarlo tienen una relación íntima con cierto tipo de bacterias, y sabemos que en la tierra muerta del río hay ciertas especies de lombrices, ellas realizan una función, pero resulta que ciertas especies de árboles liberan sustancias alelopáticas, lo que aleja a un conjunto de microrganismos y de insectos que no establecen una relación”, puntualizó.
Otro ejemplo que citó son las iguanas, las cuales forman un componente importante para los márgenes de los ríos por estar asociadas a plantas nativas como los álamos, sauces guamúchiles y guácimas, especies que les proporcionan alimento, y les sirven de hábitat para su reproducción.
Dijo que estas especies que en sus lugares de origen no tienen relación con los cuerpos de agua, y que además son invasivas como lo es la casuarina, el eucalipto y la amapa que es de la región, pero corresponden a otra galería, demandan bastante agua, situación no idónea para los próximos tiempos que tendrá que afrontar la ciudad en el uso adecuado del agua, toda vez que estas plantas hacen usos excesivos del vital líquido al evaporarlo.
Indicó que al follaje que desprenden este tipo de árboles exóticos no es utilizado por las especies del entorno como las propias flores, aves e insectos, lo cual evita que se lleve a cabo la polinización, por lo que el investigador destacó que habría que pensar en urbanizar la ciudad con especies autóctonas que soporten las condiciones climáticas y ambientales, para poder solventar esta situación.
En ese sentido, Saturnino Díaz reforzó que este tipo de estudios permiten la toma de decisiones para conocer el tipo de especies que se tienen, su cobertura, su diversidad y si están vinculadas al entorno ecológico de los ríos, para en función de ello tener una urbanización adecuada y adaptada a las condiciones de la ciudad.
“La flora la tenemos que ver nosotros como un parte no solo que adorna, sino su parte funcional, ya que vivimos a lado de tres grandes ríos, los cuales tienen una vegetación característica como los álamos, sauces, cucas, vinolos, vinoramas, propias del entorno que constituyen un hábitat”, señaló.
Enfatizó en que cada especie debe ir en su lugar de origen, el motivo es que también contribuyen a ralentizar las grandes corrientes de agua, evitando que estas salgan del cauce de los ríos.
Recordó que los humanos tienen una relación con los recursos naturales y es necesario entender que todo está conectado, por lo que para poder solventar las situaciones ambientales como el cambio climático y calentamiento global se debe contar con estos aliados naturales, que en este apartado corresponde a la flora nativa.
Saturnino Díaz, subrayó que aún se está en posibilidades de cambiar este tipo de especies por nativas para prevenir situaciones a futuro, como pudiera ser la escasez del agua por la falta de lluvias.