Investigador especialista en Farmacia, alerta sobre uso desmedido de medicamento para la diabetes para fines estéticos
El uso desmedido de medicamentos diseñados para tratar enfermedades crónicas se ha convertido en una tendencia preocupante, tal es el caso de la semaglutida, principio activo de fármacos como Ozempic, Rybelsus o Wegony, originalmente desarrollados para el control de la diabetes tipo 2 y la obesidad diagnosticada, sin embargo, en los últimos años, personas sin estas condiciones han comenzado a utilizarlo con fines meramente estéticos, ignorando los riesgos asociados a su consumo sin supervisión médica.
El doctor en Farmacia Lorenzo Ulises Osuna Martínez, investigador de la Facultad de Ciencias Químico-Biológicas de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), advirtió sobre esta creciente problemática y explicó que la semaglutida actúa de manera efectiva solo cuando es indicada médicamente y administrada en pacientes con sobrepeso, obesidad o diabetes, “el medicamento es bueno y puede ser seguro cuando lo supervisa un médico”, subrayó.
Osuna Martínez señaló que el uso entre personas sanas, motivado muchas veces por influencias en redes sociales o figuras públicas, puede desencadenar efectos secundarios graves, entre ellos vómitos, estreñimiento, dolor abdominal, mareos, e incluso consecuencias más severas como desequilibrios metabólicos, insuficiencia renal y posibles asociaciones con ciertos tipos de cáncer.
Asimismo, el especialista comentó que la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (COFEPRIS) ha detectado un incremento alarmante de casos de reacciones adversas en personas que han consumido semaglutida sin prescripción y dijo “pasamos de 3,500 reportes en 2023 a casi 6,700 en 2024, y se estima que en 2025 la cifra seguirá creciendo”, indicó.
El acceso irregular al medicamento ya sea mediante mercado negro o sin receta médica, agrava la situación. El miembro del sistema nacional de investigadoras e investigadores de la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación destacó que la cultura de la inmediatez y la presión estética han impulsado este fenómeno, “muchas personas se dejan llevar por lo que ven en redes sociales y no consideran los riesgos reales”, lamentó.
El doctor en Farmacia Lorenzo Ulises Osuna Martínez hizo un llamado a reforzar los controles de venta y prescripción, así como a fomentar una mayor concientización, recomendó a la población acudir con médicos, especialistas o centros de información farmacéutica antes de tomar decisiones que puedan comprometer su salud, “no se trata de satanizar el medicamento, sino de recordar que su uso correcto debe estar basado en evidencia clínica y supervisión profesional”, concluyó.
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