Las estrategias de medición en la educación básica buscan fomentar la compresión lectora y la formación de comunidades lectoras en las escuelas
Las estrategias de mediación lectora en la educación básica reflejan un esfuerzo conjunto de profesores, directivos y familias, en este nivel, se destacan actividades como lectura en voz alta, debates sobre textos escolares y ejercicios literarios como concursos de poesía, aseguró la doctora María Luisa Verástica Cháidez, investigadora de la Facultad de Ciencias de la Educación de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), además señaló que estas prácticas buscan fomentar la comprensión lectora y la formación de comunidades lectoras en las escuelas.
En contraste, explicó que al nivel universitario no se observa la misma intensidad de estas dinámicas colectivas, los estudiantes universitarios han transformado sus hábitos de lectura, alejándose de los espacios tradicionales como bibliotecas y migrando a áreas más abiertas y flexibles, “estos nuevos hábitos incluyen lecturas en grupo bajo la sombra de los árboles, en cafeterías o incluso en otros espacios menos formales, acompañados de conversaciones y debates que enriquecen la comprensión de textos asignados en sus materias escolares”, sostuvo.
La especialista comparó la transición entre ambos niveles educativos, subrayando que los estudiantes llegan a la licenciatura con habilidades lectoras formadas principalmente en contextos más estructurados, pero enfrentan desafíos en cuanto a la autonomía y la interacción académica. En las universidades, señaló que la lectura se centra más en la comprensión de textos que en el disfrute literario, lo que contrasta con las prácticas diversificadas promovidas en la educación básica.
En este sentido, destacó que las bibliotecas universitarias necesitan actualizarse no solo en recursos bibliográficos, sino también en espacios que respondan a las demandas actuales. “Los estudiantes buscan lugares que permitan tanto el estudio en solitario como el trabajo en equipo, (…), esto refleja una tendencia hacia la lectura como una práctica social, en la que el aprendizaje ocurre en interacción con otros”, reiteró.
Asimismo, María Luisa Verástica Cháidez mencionó que el formato digital ha ganado terreno, con un evidente cambio hacia el uso de dispositivos electrónicos, mientras los libros físicos permanecen mayormente relegados en las bibliotecas, en este sentido, dijo que los estudiantes adoptan cada vez más la tecnología para sus actividades académicas, lo que plantea un reto en la promoción del hábito lector desde una perspectiva integral.
Finalmente, señaló que las universidades deben priorizar la integración de estrategias que fomenten la lectura no solo como herramienta académica, sino como un medio de enriquecimiento cultural y personal.