Plasmarán en un libro los diferentes frutos silvestres comestibles en Sinaloa
Como parte final de un trabajo de investigación en el cual han tenido un sinnúmero de prácticas de campo en las diferentes localidades de todo el estado de Sinaloa, el investigador de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa, José Saturnino Díaz, trabaja en la elaboración del Libro Frutos Silvestres Comestibles del Bosque Tropical Caducifolio, una obra que permitirá allegarse de la parte cultural que se tiene en la entidad y su relación entre el hombre y las plantas.
El investigador universitario, quien por más de una década ha trabajado en este proyecto en paralelo con otros investigadores, comentó que al momento tienen recopilados 182 especies de los bosques tropicales secos, del bosque espinoso y del matorral xerófilo.
“Tenemos las pitayas que tenemos alrededor de seis especies comestibles, otros frutos son lo papaches que, si bien, no son tan palatales como una manzana, en el medio rural significa una fuente importante de sabor”, explicó.
Otros frutos silvestres característicos en el medio rural de Sinaloa, son las aguamas, chapotes, uvalamas, guamúchiles, papaches, arrayanes y apomas, por mencionar algunos alimentos que aportan al estado un sinfín de beneficios, además de una riqueza cultural y un vocabulario.
Destacó que estos productos que son parte de la historia cultural no solo de grupos étnicos, constituyen una fuente importante de alimentos alternativos ricos en carbohidratos, nutritivos, llenos de color, pero también de azúcares.
En este sentido indicó que estas especies, algunas de ellas no agradables al paladar, manifiestan sensaciones distintas que pueden ser un factor para no considerarlo como parte importante de la dieta.
Otro apartado de este libro será la reputación que tienen muchos de estos frutos como medicinales, así como anti vermífugos por sus propiedades.
Saturnino Díaz expresó que esta investigación describe también la forma en cómo estos frutos silvestres pueden ser consumibles, desde tatemados, asados o frescos, pero también como jaleas, mermeladas o en miel.
Destacó la increíble gama de texturas, colores y sabores que existen en el mundo de la fruta en el estado, por lo que estos proyectos de investigación los han trabajado desde la sierra, hasta la costa.