Equinoccio de primavera tiene hoy una connotación holística: antropóloga
Antes de ser colonizados, nuestros antepasados utilizaban los cambios de estación para sembrar o cosechar, por ello, ofrecían sacrificios en determinado momento del año a la divinidad que se venerara de acuerdo a su cultura, esperando que, con esto, el tiempo “conspirara a su favor”.
Asimismo, estos cambios de estación sirvieron para medir y contabilizar los días, las noches, los eclipses, las lunas y todo lo relacionado con la astronomía, con lo cual fue posible diseñar calendarios.
Hoy en día, los equinoccios, sobre todo el de primavera, tienen una connotación religiosa y holística si los analizamos desde el punto de vista antropológico y cultural, como lo hizo la maestra en historia y secretaria académica de la Escuela de Antropología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), Stephanie Cortés Aguilar, para este medio de difusión.
“Son naturalmente significativos los equinoccios igual que los solsticios para la cultura mexicana en cuanto a los cambios que tienen que ver con la siembra y la cosecha, y que se van insertando, a partir de la Colonia, con las celebraciones religiosas”, contó, la universitaria en entrevista el día 21 de marzo.
En ese sentido, explicó que, desde hace muchos años, los pueblos indígenas asentados en el centro y sur del país, celebran la llegada de esta estación del año con danzas, ceremonias y rituales simbolizando a los efectuados por nuestros antepasados.
“Son tiempos de cambio, tiempos de regeneración para algunas culturas, y los rituales se realizan más en el área Maya, Mexica y en el área del Golfo donde acuden a espacios más abiertos, porque la característica de las culturas indígenas es más ecológica”, destacó.
Dijo que los espacios preferidos por las personas para “renovar su ser y cargarse de energía positiva”, son las ruinas arqueológicas ya que, en su momento, fueron centros ceremoniales construidos para conectar directamente con la energía del Universo.
“Por ejemplo, las pirámides de Chichén Itzá en Yucatán; las ruinas de Tulum en Quintana Roo, y más al centro del país, las pirámides de Teotihuacan que están ubicadas en el Estado de México”, mencionó.
En cuanto a Sinaloa, informó que la tradición de congregarse cada 21 de marzo en Las Labradas, un sitio arqueológico de tipo rupestre ubicado en la costa del municipio de San Ignacio al sur del Estado, es reciente; y que ahí, las personas acuden vestidas de blanco en la idea de purificar su alma.